Bodas emotivas hay muchas, pero pocas logran tocar el corazón de todos los presentes de la manera en que lo hizo la celebración de Alicia y Pedro, en el complejo La Veguilla. Fue un día soleado y despejado, un regalo del cielo para una pareja que, de alguna manera, sentía la presencia de seres queridos que ya no estaban entre ellos: “Bodas con miradas al cielo“.
La ceremonia tuvo lugar en un rincón mágico del complejo, un jardín lleno de flores y árboles centenarios que parecía sacado de un cuento de hadas. Los invitados se acomodaron en sillas blancas, mientras la novia caminaba hacia el altar, radiante en su vestido de ensueño. Pero lo que realmente conmovió a todos no fueron las flores ni el vestido, sino las miradas de complicidad que compartían los novios.
A medida que avanzaba la ceremonia, un suave viento mecía las hojas de los árboles, como si el universo mismo quisiera ser testigo de este amor profundo. Los votos que intercambiaron eran tan sinceros y llenos de emoción que no hubo un solo ojo seco entre los presentes.
Uno de los momentos más conmovedores, sucedió cuando los novios y las familias de estos, lanzaron al cielo un conjunto de globos, en reconocimiento a los familiares desaparecidos. Justo en ese momento, un par de ellos, no querían subir, todos los presentes miraron al cielo con lágrimas en los ojos, fue como si esos globos fuera un mensaje del más allá, una forma de decir que ellos, también estaba allí, compartiendo ese día especial.
Bodas con miradas al cielo
La fiesta posterior estuvo llena de risas, lágrimas y momentos inolvidables. La comida deliciosa y la música animada hicieron que todos se sintieran parte de algo mágico. La pareja bailó su primera canción, rodeada de amigos y familiares que celebraron con ellos hasta altas horas de la noche. Esa boda en el complejo La Veguilla fue una celebración de amor, de la vida y de la conexión entre lo terrenal y lo divino. Las miradas al cielo nos recordaron que, en ocasiones, los seres queridos que ya no están físicamente entre nosotros siguen presentes en espíritu. Fue una boda que tocó los corazones de todos los presentes y que quedará en la memoria de todos, como un día verdaderamente especial.
